LOS ANCISTRUS DE LAS CERCANÍAS DE MONTEVIDEO.
Sí, cierto. Aquí, en la ciudad capital más al sur de América del Sur, estos peces aún se pueden encontrar en cauces de agua ubicados a un par de horas en automóvil.
De su género se sabe que tiene tolerancia a los cambios de temperatura, pero de todas formas se supone que lo ideal para ellos anda, como bajo, en los 22º a 24º. Y en los alrededores de esta ciudad, hay temperaturas bajo cero alguna que otra madrugada de invierno. Entonces, éstos responderían a otras necesidades.
BANDAS LATERALES SIN ESPINAS.
A diferencia de los plecostomus, los ancistrus no presentan en las laterales de su cuerpo, esas especie de bandas con puntos cartilaginosos sobresaliendo. Al menos una de cada lado, o varias esmeradamente paralelas entre sí.
El cuerpo de estos animales que fotografié, claramente no ostentan la característica.
Porque tal vez una de las cosas más fáciles de ver, es la confusión entre ancistrus y plecostomus.
Andan por ahí infinidad de textos hablando de uno o de otro, pero suministrándonos fotos intercambiadas. Es común, tanto como lo imposible de ordenar toda la espectacular variedad de corydoras existentes en el continente, de las que trato te tener aquí con toda la amplitud posible en nuestro pequeño mercado, al menos como para ilustrar la idea, porque debo admitir que me maravillan. Lo mío no es el estudio de la biología, es el disfrute de la observación atenta de cada individuo.
¿BIOTOPO SUDAMERICANO O BIOTOPO AMAZÓNICO?
Leo en algunos libros del hemisferio norte, que se coloca en una bolsa todo un grupo de animales bajo la denominación de "biotopo sudamericano". Allí entrarían los que en Uruguay llamamos "amazónicos" y los que denominamos como "autóctonos". A los primeros los calefaccionamos y a los otros no les controlamos la temperatura en ninguna época del año.
¿LA CUENCA O EL ACUÍFERO?
Sí tienen en común que ambos grupos proceden del agua levemente ácida, con un ph de 6, en lo ideal. Y que esa agua es transparente pero no incolora. Los de la cuenca del Amazonas, por la alteración que causan los taninos de las maderas. Y los de estos lares, por su pertenencia a la parte del SAG (Sistema Acuífero Guaraní), cuya denominación debemos a nuestro compatriota Danilo Antón, y responde a que la extensión de este sistema acuífero subterráneo coincide aproximadamente con la región que alguna vez habitó la población Indígena llamada Gran Nación Guaraní. Esta vieja y bondadosa agua jurásica, en las zonas poco profundas preferidas por los ancistrus, es de color verde.
ESTE ANCISTRUS EN NUESTRO ACUARIO COMUNITARIO.
Si bien está por encima del largo asentado en los textos (miden algunos entre 15 y 17 cm), nunca desarrollan la importante extensión de los plecostomus. Son voraces comedores de algas, y dentro del acuario no se generan las suficientes, por lo que debemos suministrarles abundante alimento vegetal. No atacan las plantas naturales, salvo que estén degradadas, pues las encuentran duras. Pero en sus nados rápidos e impetuosos, pueden desenterrar todo. Lo ideal es tenerlos distribuidos por varias peceras para no provocar enfrentamientos entre machos, que causarían estrés a toda la población. Con otros peces, no tienen problemas, aunque aquí evitamos mezclarlos con lebistes, danios y demás de pequeño porte.
Resistentes a diversas circunstancias, se pegan por el lado de atrás de troncos, buscando lugares oscuros, en los que pasan horas sin moverse. Reconocen a su alimentador y acuden rápido la visión del recipiente con comida, subiendo y bajando contra el vidrio del frente.
A mí me gustan, por éso me animo a recomendar que sumes uno a tu pecera. Y si no puedes por las dimensiones, te invito a vernir a verlos aquí.
Recuerda que para ver los temas ya publicados, ordenados por grupos, puedes acceder a nuestro SUMARIO.
Sí, cierto. Aquí, en la ciudad capital más al sur de América del Sur, estos peces aún se pueden encontrar en cauces de agua ubicados a un par de horas en automóvil.
De su género se sabe que tiene tolerancia a los cambios de temperatura, pero de todas formas se supone que lo ideal para ellos anda, como bajo, en los 22º a 24º. Y en los alrededores de esta ciudad, hay temperaturas bajo cero alguna que otra madrugada de invierno. Entonces, éstos responderían a otras necesidades.
A diferencia de los plecostomus, los ancistrus no presentan en las laterales de su cuerpo, esas especie de bandas con puntos cartilaginosos sobresaliendo. Al menos una de cada lado, o varias esmeradamente paralelas entre sí.
El cuerpo de estos animales que fotografié, claramente no ostentan la característica.
Porque tal vez una de las cosas más fáciles de ver, es la confusión entre ancistrus y plecostomus.
Andan por ahí infinidad de textos hablando de uno o de otro, pero suministrándonos fotos intercambiadas. Es común, tanto como lo imposible de ordenar toda la espectacular variedad de corydoras existentes en el continente, de las que trato te tener aquí con toda la amplitud posible en nuestro pequeño mercado, al menos como para ilustrar la idea, porque debo admitir que me maravillan. Lo mío no es el estudio de la biología, es el disfrute de la observación atenta de cada individuo.
Leo en algunos libros del hemisferio norte, que se coloca en una bolsa todo un grupo de animales bajo la denominación de "biotopo sudamericano". Allí entrarían los que en Uruguay llamamos "amazónicos" y los que denominamos como "autóctonos". A los primeros los calefaccionamos y a los otros no les controlamos la temperatura en ninguna época del año.
¿LA CUENCA O EL ACUÍFERO?
Sí tienen en común que ambos grupos proceden del agua levemente ácida, con un ph de 6, en lo ideal. Y que esa agua es transparente pero no incolora. Los de la cuenca del Amazonas, por la alteración que causan los taninos de las maderas. Y los de estos lares, por su pertenencia a la parte del SAG (Sistema Acuífero Guaraní), cuya denominación debemos a nuestro compatriota Danilo Antón, y responde a que la extensión de este sistema acuífero subterráneo coincide aproximadamente con la región que alguna vez habitó la población Indígena llamada Gran Nación Guaraní. Esta vieja y bondadosa agua jurásica, en las zonas poco profundas preferidas por los ancistrus, es de color verde.
Si bien está por encima del largo asentado en los textos (miden algunos entre 15 y 17 cm), nunca desarrollan la importante extensión de los plecostomus. Son voraces comedores de algas, y dentro del acuario no se generan las suficientes, por lo que debemos suministrarles abundante alimento vegetal. No atacan las plantas naturales, salvo que estén degradadas, pues las encuentran duras. Pero en sus nados rápidos e impetuosos, pueden desenterrar todo. Lo ideal es tenerlos distribuidos por varias peceras para no provocar enfrentamientos entre machos, que causarían estrés a toda la población. Con otros peces, no tienen problemas, aunque aquí evitamos mezclarlos con lebistes, danios y demás de pequeño porte.
Resistentes a diversas circunstancias, se pegan por el lado de atrás de troncos, buscando lugares oscuros, en los que pasan horas sin moverse. Reconocen a su alimentador y acuden rápido la visión del recipiente con comida, subiendo y bajando contra el vidrio del frente.
A mí me gustan, por éso me animo a recomendar que sumes uno a tu pecera. Y si no puedes por las dimensiones, te invito a vernir a verlos aquí.
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