Symphysodon salvajes nos muestran cómo manejar nuevas variedades obtenidas. Parte 2.

Parte 2: Una forma muy fácil de distinguir, una de otra, a las tres especies de Discos.

Cada especie, como es de esperar, tiene su ADN identificatorio. Pero nosotros no podemos llegar a éso, debemos reconocerlos por los rasgos exteriores.

Así, nos dirigiremos a lo más relevante: las bandas.

Symphysodon discus tiene siempre nueve bandas, y siempre solamente tres resaltan. Ellas son, la que atraviesa el ojo, la del pedúnculo cauldal, y la quinta que además la tiene más ancha que las demás.

Symphysodon aequifascitus también tiene siempre únicamente nueve bandas. Pero las nueve bandas son de tono parecido, ninguna destaca demasiado sobre la otra.

Symphysodon araldi puede tener solamente ocho bandas. Y lo más importante, es que puede llegar a tener hasta quince o dieciséis bandas, cosa que jamás se ha visto en otra especie. Otro dato: es también este mismo araldi el que puede carecer totalmente de bandas.

Entonces, observando las bandas de un disco nuestro de una variedad nueva, podemos deducir su ascendencia. 
¿Y de qué nos sirve? Pienso que cuando ya no sabemos qué hacer para que se reproduzca, podemos llevarlo a ph, etc., propio de la especie de la que es originario ese animal. Porque los tres provienen de aguas blandas, pero unos de aguas más blandas que otras. 
Otro tanto sucedería con el color del agua, con la temperatura, y con el tamaño en que comienza a reproducirse. Es lógico que un ejemplar que de adulto va a llegar a los 20 cm, va a demorar -en apariencia- mucho más en encontrar pareja en nuestro acuario, que uno que desciende de un ejemplar que ronda los 12 a 13 cm cuando es adulto. Muchas veces repetimos que con 10 cm de cuerpo un disco ya puede reproducirse y si no sucede? Considerando que a los 10 cm unos están casi en su tamaño adulto y otros van por la mitad del camino, se puede explicar y entender.

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