sábado, 11 de abril de 2015

Poecilia reticulata. Parte 5. Acuario de cría. Y ahora... ¿cómo seguimos?

Lebistes machos, cuerpo 3/4 negro, buena sangre,
en un acuario del salón de ventas de Multiconceptos, año 2011.

Y ahora... ¿qué hacemos?


En la Parte 4 de este tema: Acuario de cría, llegamos a explicar la obtención de dos tandas de alevines buenos, hijos de nuestro casal de probada genética.

También te orientamos respecto a cómo continúa la vida de esa madre que compramos.

Nos quedaron otros dos temas: el macho y los alevines.



Los alevines de Poecilia reticulata.


Los alevines de Poecilia reticulata, apenas salen de su madre dan unas contorsiones, como si estuvieran sacudiéndose algo. A veces, viéndolos, da la impresión de que se están desperezando. 

Si cumplieron con todo el ciclo de gestación, no deben tener saco vitelino, el cual debió absorberse completamente antes del nacimiento.

Pasadas las contorsiones iniciales, comienzan a nadar.

Primero lo hacen en forma errática. En tramos de pocos centímetros, hacia cualquier lado, zigzagueantes. 

Muchas veces llegan a caer sobre el fondo, donde permanecen quietos por una fracción de segundo. Y rápidamente se elevan. 

Comienzan un nado vertical, generalmente remontando una pared del acuario. Lo hacen intentando alcanzar la superficie del agua.
Algunos llegan la primera vez.
Otros deben repetir el intento hasta cinco o seis veces, tratando de llegar cada vez más arriba.
Luego, los que no lo lograron, pierden fuerzas. Algunos descansan para volver a intentarlo (y lo consiguen), y otros pocos ya no lo lograrán.

Por este tema, los criadores comerciales dejan a la hembra por parir, con poco nivel de agua. Lo reducen a 1/2 o a 3/4 partes del nivel del acuario. Necesitan que sobrevivan todos, más allá de su fortaleza física, ya que todos finalmente podrán ser vendidos.

En nuestro caso, no es conveniente.

Debemos aceptar que de la tanda, algunos no lo logren. Con suerte, serán solamente cuatro o cinco.

Bajar el nivel del agua a una hembra por parir, puede resultarle estresante. Si queremos que ella sea la el punto de partida de toda la línea, debemos cuidarla mucho.

Es importante, en todos los casos, preservar a la madre antes que a sus hijos.




Lebistes machos de selección, año 2010.
En salón comercial de acuario Multiconceptos.


Primeras horas de los alevines recién nacidos.


Una vez alcanzada la superficie y llenados los sacos vitelinos, la mayoría se reúna en grupo, contra un ángulo de la pecera.
Solamente unos pocos quedan dispersos de los demás. A esos pocos ya se los ve nadar en forma independiente totalmente.
Cada minuto alguno se aleja del grupo para comenzar a desplazarse, lentamente, por todo el acuario.
Al cabo de las dos horas de iniciada la parición, ya hay unos muertos en el fondo, que han adoptado el color blanco (nacieron transparentes).



Separación de la madre.


Como expliqué en la entrada anterior, en lo que me es personal, elijo retirar, con sumo cuidado, los alevines.

Puede pasar que por razones de tu infraestructura acuarística, debas retirar a la madre y dejar a los pequeños allí. En este caso, pasas a la madre a una pecera que solamente contenga hembras y que en todo tenga la misma agua en la que ella estaba. 
Si el agua es diferente, deberás realizar el proceso de aclimatación, poniéndola primero a flotar en una bolsa, etc., como lo expliqué también anteriormente. 
Esta segunda opción va a resultar estresante para ella. Por éso, lo indicado es trasladar a los pequeños.


Algunos puntos sueltos que te pueden ayudar.


* Ante cualquier decisión, ten en cuenta que si bien los alevines son más frágiles, también tienen una resistencia especial -si nacieron sanos- superior a la de su madre. 

* Los alevines no muestran estrés luego de ser capturados con el calderín, ni luego de ser trasladados a otro acuario.

* Cuanto antes traslades a los alevines es mejor. En sus primeras horas son lentos y los capturas con facilidad.

* Mientras tratas de atrapar alevines, no acerques el calderín a la hembra. Debes mantenerla tranquila. Captura siempre a los que están más alejados de ella.

* Utiliza calderines de poca profundidad. Facilitarán soltar las crías en su nuevo acuario.

* Si no encuentras calderines para alevines en el mercado, los haces usando la estructura de uno viejo. Solamente sustituirás el tejido por una tela suave tipo gasa de seda, de ésa de las blusas de mujer. Aún puedes usar un trozo de media de mujer, de las de malla fina.

* Si hacés el calderín, hazlo con el tiempo necesario. Al fragmento de tela que elijas, debes remojarlo por un día, luego enjuagarlo bien (usa solo agua limpia). Después lo hierves durante tres minutos. Entonces ya puedes coserlo al soporte de alambre.

* Colócate en una zona oscura, donde la hembra no te vea, y observa el ritmo de la parición. Así sabrás cuándo finalizó. Y así retiras los alevines.

* No te confundas. La hembra que está pariendo suele tomarse unos minutos de descanso, incluso algunas veces trata de comer en ese tiempo (debe tener alimento disponible).

* Sin asustarse por los movimientos fuera de su acuario, una hembra termina de parir en seis o siete horas, a lo sumo. Aguarda con paciencia antes de comenzar a pescar alevines.

* Si la hembra demora dos o tres días en terminar de parir, es que te adelantaste en retirar los alevines. Se asustó. El susto la llevó a contraerse.

* Si te das cuenta que te adelantaste en sacar los alevines, detente. Aguarda. No le provoques otra demora.

* Una hembra primeriza podría igualmente parir por partes. O sea, demorarse más de un día. La dejas que lo haga así. La segunda vez ya será más rápida.

* Puede pasar que la hembra, a continuación de sus alevines buenos, comience a parir otros que aún tienen el saco vitelino. Los alevines se ven como con una bolita en el estómago. Hay que detenerla o correrá riesgo de vida. La mejor forma es pasarla a la pecera en la que está su macho. Él siente su olor a hormonas y entra en celo, se lanza a asediarla, y ella detiene completamente su parición.



Alevines: Alimentación y primeros cuidados.


Un lebistes que no recibió los cuidados y la alimentación adecuada en sus primeros días de vida, jamás llegará a ser un pez espectacular. Tal vez ni siquiera llegue a cumplir los estándares básicos.

Por éso, cuanto tenemos una hembra grávida, debemos reunirnos con el alimento para los alevines.

Necesitaremos un polvo proteico, especialmente diseñado para ellos. No sirve la comida en escamas, triturada. El alimento de los lebistes adultos no tiene la suficiente nutrición para los alevines.

También necesitaremos todo lo necesario para hacer nacer nauplios de artemia salina. Se venden los sobre con toda la mezcla preparada, a un precio muy accesible. Al momento de usarla, solamente le agregas agua, siguiendo la instrucción del envase.

Y como tercer punto, polen de abeja. Fortalece en forma comprobada a los pequeños. Comprarlo sobre la fecha, mantenerlo en la heladera, el polen natural se estropea en pocos días.

Cada día se deben suministrar los tres alimentos.
Nunca al mismo tiempo.
Cada uno de ellos deberá ser una comida.
Recuerda que necesitan cinco comidas diarias, por lo menos. Aquí les damos ocho comidas diarias, la mayoría de los días.

Deben comer seguido porque su digestión es rápida.

Los primeros alimentos deben ser suministrados cuando aún están con su madre.

Lo ideal es tener todo muy cerca de su pecera de cría. Ponernos una alarma en el teléfono, por ejemplo, que nos recuerde y no permita que se pase tiempo de más.

Ajusta lo más posible la cantidad de comida, para que no se pudra el agua.



Separación por sexos.


Los alevines deben ser separados por sexos, a más tardar al mes de vida.

Por lo menos, la separación debe estar finalizada cuando tienen un mes de edad. Debemos comenzar antes.

Las hembras presentan el punto de gravidez, que es un oscurecimiento en la zona ventral, próxima a la cloaca. Es fácil.

Cuando no se ve este oscurecimiento, prestemos atención: en esa misma zona las hembras tienen, ya a los cuatro o cinco días de haber nacido, una línea curva pequeña, una especie de "," (coma) de color más oscuro.

Los machos desde sus primeros días, muestran la aleta dorsal a la misma altura que la aleta ventral. Las hembras no. En las hembras ambas aletas se encuentran desfasadas.

El cuerpo de los machos es más delgado que el de las hembras.

A los diez días de edad, ya se ve que las hembras tienen un cuerpo un poco más largo que los machos.



Importancia de la separación. 


En los lebistes existen casos de fecundaciones tempranas que arruinarían todos nuestros planes. Además, esas hembras fecundadas prematuramente no se van a desarrollar en forma adecuada. Y los lebistes tempranos, siempre son los peores de la camada.

Entonces debemos tener separados a los hermanos antes del mes.

Por un lado las hembras, por otro los machos. En la duda, ponemos el pez con los machos. 

Es preferible una hembra que vaya por equivocación a la pecera de los machos. Y no un macho que vaya a la pecera de las hembras, ya que comenzaría a fecundarlas y no lo deseamos.



Observar con atención.


Es posible que tengamos separadas las hembras con la mayor precisión. Pero una de ellas puede volverse macho. Por éso, la observación debe ser permanente.



Y por ahora lo dejasmos aquí.

Seguiré pronto. 

Te agradezco tu tiempo. 

Y te estaré esperando en la próxima entrada, posiblemente mañana.

¡Hasta pronto!


Recuerda que para ver los temas ya publicados, ordenados por grupos, puedes acceder a nuestro SUMARIO. 

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