Es difícil elegir los primeros peces.
Parece fácil. Nos paramos frente a las peceras del acuario que estamos visitanto y decimos "este"... "aquel"... y así continuamos. Obtenemos un grupo de preciosos ejemplares, suficientes para nuestra pecera o nuestro bolsillo del momento.
Los llevamos, los introducimos en el acuario siguiendo las instrucciones que nos dieron. Nos extasiamos contemplándolos, porque lucen maravillosos con su agua cristalina sin ciclar, que luego nos dará otros problemas.
¡Nos sentimos felices!
Estrés inicial, inevitable.
Los peces llegaron estresados y su estrés continúa en nuestro hogar:
1 - Viajaron dentro de una bolsa.
2 - Su hábitat es diferente.
3 - Enfrenta compañeros que le resultan desconocidos.
4 - No dispone de sus habituales refugios.
5 - Los tipos de alimentos son otros.
6 - Todo lo fuera del acuario le cambió: iluminación, ruidos, luces, etc.
6 - Lo peor: el agua es de diferente composición a la del receptáculo del que fueron extraídos.
Este estrés hace que sus comportamientos difieran de los habituales. Se muestran tímidos. Se desplazan poco y fuera de las áreas centrales. Se ocultan detrás de plantas o accesorios existentes.
Nosotros felices. La pecera quedó preciosa y nuestros peces son un encanto.
Efímera felicidad.
El estrés se les pasa en uno o dos días. Deja lugar a que cada uno de ellos comience a mostrar su temperamento. y sus hábitos regulares.
Afloran sus costumbres y su forma de relacionarse con los demás.
Es de desear que a esta altura, habiendo sido bien asesorados respecto a las posibilidades de convivencia de cada especie, todo continúe en una apacible armonía.
Por lo general, el comprador prudente, previo a la compra suele consultar acerca de la compatibilidad de los ejemplares que está adquiriendo.
Confiemos en que la compra la haya realizado en un comercio serio.
Además, que la persona que le hizo la venta -que por cierto generalmente no es el criador ni el dueño del local, sino alguien contratado para comercializar los productos- sea poseedora de los conocimientos necesarios para aconsejarlo con solvencia.
Peces tropicales, siempre preferidos.
Los peces de agua templada son los que nos ofrecen variedad. Son los más bonitos. Pero hay muchas cuestiones a tener en cuenta.
Esto es apenas una introducción a un tema complejo.
Como dato básico voy a agregar algo más: No es ninguna garantía que en establecimiento tal o cual, estos peces y aquellos otros, estén a la venta en la misma pecera.
Los comerciantes sabemos que los peces llegan y se van rápidamente.
También que los agresivos, recién incluidos en una pecera, se portan bien durante los primeros días.
De este modo, podemos incluir por ese lapso, peces poco dóciles, en la pecera en que ya están otros tranquilos.
Pasados los primeros días, cuando alguno comience a molestar, es derivado a otra pecera, que no lo pudo contener desde el principio por ya estar superpoblada.
Claro que son varios los vendidos en esos primeros días, por lo cual, los que quedan para reubicar, cuando se tornen molestos, ya son pocos.
Esto no es con ninguna mala intención del responsable del local comercial. Sucede por la sencilla razón de que los peces suelen superar los litros de agua disponibles. Y es inevitable ya que, para estar a tono con los colegas, siempre es necesario tener más variedades y tamaños que los admisibles en nuestras instalaciones. Cuando están recién llegados, nos tienen desbordados todos los receptáculos.
Tener en cuenta.
Después de estas apreciaciones introductorias, habría que tratar temas como:
* - Necesidad de agrupar peces que tengan el mismo requerimiento químico del agua.
* - Facilitar la convivencia teniendo la cantidad de animales razonable para nuestra pecera.
* - Ser generoso con la inclusión de plantas y adornos que van a formas los diferentes territorios o zonas.
* - Adecuar especies y cantidad de peces, a nuestras posibilidades reales de dedicarles tiempo.
* Elegir ejemplares repartidos entre los que tienen el hábito de nadar por la parte baja, los que nadan por la parte media y los de nado superficial.
* - Ver que hay peces dentados que resultan peligrosos para los velos de los carassius, las aletas caudales de los lebistes, etc.
* - Tomar en cuenta que los de hábitos tranquilos o temperamento tímido, sufren hasta llegar a enfermar y morir (por huelga de hambre), si sus acompañantes son hiperactivos.
* - Reparar en qué tanto y qué tan rápido van a crecer los animales que nos gustaron.
* - Contemplar que tengan una similar velocidad para atrapar el alimento. De modo que no sea sólo una especia la que coma y las demás se debiliten.
* - Ver de no incluir peces que, al aparearse, agredan a los demás, con la finalidad natural de proteger su descendencia.
* - Ante cualquier duda, ir a un buscador, como por ejemplo Google, con el nombre del pez, y ubicar para leer el aspecto sobre el que queremos informarnos mejor, o consultar al acuarista que te lo vendió.
Seguramente aterrizaremos sobre una profundización en estos temas. Quedó mucho por decir.
Si te agradó, te pido que compartas y/o dejes un comentario al pie de este posteo.
Gracias por tu compañía.
Hasta mañana.
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Felicitaciones!!!!!!por tan buena ilustración.
ResponderEliminarHola Jorge. Muy amable de tu parte. Gracias por visitarme. Saludos.
EliminarHola, estan muy buenos... Tengo una pregunta, ¿De que parte de Uruguay son?
ResponderEliminarmuy importantes estos datos ,gracias amigos
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